Hace unas semanas fuimos al MUAC (Museo Universitario de Arte Contemporáneo) y salimos muy impresionados.
Empezando por la arquitectura, el Museo es muy impactante, aunque para nuestro gusto, le falta un poco. Todavía se ven algunos residuos de obra, algunos pasillos con escombos y la falta de señalización/mapas hizo que diéramos más de una vuleta extra. De todos modos, la experiencia es muy buena y tiene espacios muy interesantes (algunos patios a donde se puede salir y ver alguna obra o sentarse un rato a descansar). El Museo se divide en dos pisos (hasta donde pudimos ver): en el nivel de la entrada está todo el espacio de exhibición y en el nivel inferior hay un restaurante y una biblioteca (o algo parecido en donde se puede hacer investigación).
Visitamos la exposición de Cildo Mireiles (abierta hasta Enero del 2010), artista brasileño que presenta algunas obras muy interesantes y otras (muy pocas) no tanto. Empezamos por un espacio en donde vimos muchas de sus obras chicas en donde destacan sus billetes de 0 (si, cero): tres billetes (dólares, reales y otros, de los que no nos acordamos) sin valor. Un concepto muy interesante.
Entramos al cuarto rojo; les dejamos las fotos, que no le hacen justicia, pero les pueden dar una idea.
En otro cuarto hay una torre de radios (cientos?), cada uno sintonizando una estación distinta (a veces estática). La sensación es muy interesante y nos hubiera gustado quedarnos a sintonizar una estación es todos los radios. Pasamos por un espacio con miles de vidrios rotos en el piso y caminar sobre ellos fue muy divertido. Pero hay que tener cuidado de no resbalarse. También entramos al cuarto de las medidas: relojes idénticos tapizando las paredes y miles de cintas de medir de madera colgadas del techo. Fue nuestro cuarto favorito.
Después de visitar la obra del brasileño, entramos (creemos que por la salida) a otra exposición con un tema que nos llamó mucho la atención, más porque no es algo que se vea mucho en México: Robótica. Hay muchos ejemplos de robots que a veces interactúan con el público. No van a pensar que Asimo estaba por ahí; más bien eran piezas más artísticas (menos estéticas).
Recomendamos mucho darse una vuelta hay MUCHO que ver; cabe señalar que no aceptan tarjeta en la taquilla, por lo que tuvimos que dar una vuelta por Insurgentes en busca de un cajero, cosa que no teníamos prevista.