Una vez más, en una de nuestras ya usuales (casi diarias) caminatas al ‘Seven’, nos compramos dos bolsas de Cheetos. Cabe señalar que esto fue hace mucho tiempo (en serio, MUCHO), pero ya conocen nuestro pretexto de siempre. Mucho trabajo. No nos quejamos. Pero ya vamos a poner reglas para esto del blog porque ustedes no tienen la culpa y no podemos privarlos de estos pequeños vistazos al mundo del diseño.
De regreso al tema en cuestión, la nueva imagen de Cheetos nos gusta mucho, aunque tal vez deja un poco de lado la excentricidad de la antigua. Cheetos (con todo y Chester) era un poco raro. A veces caía mal, pero era auténtico. Los Cheetos de hoy son más modernos, pero más ‘comerciales’, más tibios. El logotipo se mantuvo exactamente igual (no sabemos si fue un acierto o no aprovechar para hacerle algunos retoques), aunque tal vez si se le hicieron (tomamos las fotos hace tanto tiempo que ya no nos acordamos y 10 minutos después de la sesión fotográfica, los Cheetos desaparecieron misteriosamente; su único recuerdo: los dedos naranjas de dos o tres diseñadores).
El tono naranja se mantuvo igual, aunque con el nuevo diseño se perdió un poco, ya que Chester fue de compras por unos jeans, camiseta, sudadera y nuevos tenis (Converse), dejando en el clóset sus clásicos ‘pumps’. Todo esto lo hace más ‘mainstream’, pero menos auténtico, que lo hacía cool. Eso si, sigue escuchando su MP3, hasta es el mismo modelo.
La comunicación de la variante (Torciditos) recibió más jerarquía y aunque nunca han sido difíciles de distinguir de los demás, creemos que es un acierto.